En Francia, el campeón se conocía antes de empezar la competición: el PSG.
Sin embargo, del 2º al 9º puesto hay una gran batalla. Estirados en una brecha de nueve puntos entre ellos luchan: Niza, Mónaco, Brest, Lille, Lens, Rennes, Marsella y Reims. Esa es la esencia del campeonato francés resumida en este grupo. Partidos ajustados en los que cualquiera de ellos puede estar ganando a cualquier otro (y que a menudo acaban en empate, no nos crea -¡compruébelo!).
Y la lucha por el descenso está muy reñida: Clermont, Metz, Lorient, Montpellier y Toulouse son los principales candidatos.
Sólo cuatro equipos parecen totalmente despreocupados: Lyon (que se ha recuperado milagrosamente tras aquel catastrófico comienzo de temporada), Nantes, Le Havre y Estrasburgo.
En la Ligue 1, la atención a los detalles es lo que marca la diferencia entre una apuesta acertada y otra fallida. No basta con reflejar a las cifras. No basta con estudiar a fondo la clasificación. Ni siquiera basta con comprobar los resultados cara a cara de los últimos encuentros. Hay que prestar atención a la tendencia, intuir quién está en forma. Hay que estar familiarizado con las rivalidades y la historia.
De partido en partido, de fase en fase
En la Ligue 1 hay que tener en cuenta el ingrediente principal de la competición: es equilibrada en general, pero los partidos se desequilibran un poco porque hay muchos futbolistas jóvenes que cometen errores difíciles de creer.
Una tarjeta roja desestabiliza cualquier partido más rápido que cualquier otra cosa. Los delanteros pueden marcar en cualquier momento, pero los defensas también pueden equivocarse en cualquier momento.
La Ligue 1 hay que verla en directo, etapa a etapa, partido a partido, fase a fase.
El imperativo categórico: ¡atención!
En medio de toda esta imprevisibilidad, las victorias del PSG son una auténtica bendición para los apostantes. He aquí una constante. Y, como sabemos, una constante, un punto de apoyo basta a veces para poner el universo patas arriba. En nuestro caso, para conseguir el billete ganador.
Quien se acerque a la liga francesa con constancia, paciencia y lucidez tiene todas las posibilidades de ganar bien al final. Pero en la Ligue 1 no se puede apostar de oído o de memoria. Los partidos hay que verlos e incluso verlos no es suficiente. Hay que verlos con la máxima atención en tiempo real.
