En La Liga, aparte del Elche, que desde hace tiempo (y lamentablemente) ha perdido el contacto con el resto de equipos, hay seis equipos implicados en la lucha por evitar el descenso: Valladolid, Cádiz, Getafe, Almería, Valencia y Espanyol.
Hoy, Valladolid, Cádiz, Getafe y Almería están por encima de Valencia y Espanyol. Al mismo tiempo, estos últimos cuentan con un rico legado histórico a su favor. Es difícil imaginarse la Liga sin el Valencia y el Espanyol (aunque no sería la primera vez).
Al mismo tiempo, el Espanyol no dio un paso al frente en el campo del Betis, aunque estuvo a un gol en un momento dado. Demasiado poco para tener opciones reales de volver a jugar en Primera el año que viene. El planteamiento correcto del final del campeonato es el siguiente: aún quedan unas cuantas finales por jugar para cada equipo.
Algunos de ellos, como el Valladolid por ejemplo, afrontan cada partido como si fuera el último (el enfoque correcto). Esto explica también la improbable victoria en Villareal. Otros, sin embargo, no consiguen levantar la moral (Valencia y Espanyol en particular). El Valencia también está pagando ahora los errores de gestión de la era Gatusso. Tienen buenos jugadores, pero juegan mal. Lo hicieron en la última jornada, cuando perdieron claramente en casa contra el Sevilla.
En cuanto a Cádiz, Almería y Getafe, se trata de un grupo de equipos de los que normalmente desciende al menos uno. En cualquier caso, la Liga ha ganado en espectáculo gracias a una lucha tan reñida por evitar el descenso. Por otra parte, el campeonato se ha apretado por abajo, no por arriba, donde el Barcelona ganará un título que más bien perdió el Real Madrid, para quien, al fin y al cabo, sólo importa la Liga de Campeones. Y la última temporada de Simeone en el Atlético fue bastante débil. Los equipos del País Vasco que han subido su nivel y, hay que destacar, la revelación del Vallecano. Por el que aún se puede apostar con confianza. Las buenas temporadas duran hasta el final. Tendremos una lucha cerrada y cálculos para evitar el descenso hasta el último minuto de la última etapa.