El uruguayo y el colombiano están pasando por un excelente momento de forma en el Valencia y el Rayo Vallecano.
Un segundo Kempes
Edinson Cavani había conseguido adentrarse en una sombra en el Manchester United y no pocos pensaban en el fin de su carrera. Desde luego, no era muy difícil llegar a una situación tan complicada en el United, que hasta la llegada de Casemiro jugaba con medio pie. Cavani tiene la edad con la que Luis Suárez regresó a Montevideo: tiene treinta y cinco años, en unos meses cumplirá treinta y seis. En los registros emocionales de los fanáticos europeos ya se consideraba ser un ex futbolista. Es un error.
Porque Edinson Cavani ha recuperado su forma y la alegría de jugar al fútbol en el Valencia. Desde luego, cualquiera que haya estado en Valencia sabe que no es difícil mantener la sonrisa en una ciudad tan moderna como acogedora, con un clima magnífico y un ambiente que anuncia que la vida es bella.
Pero lo que le ocurre ahora a Edinson Cavani no es una etapa, no es un momento premundialista. No. Cavani ha rejuvenecido. Vuelve a jugar como en el Palermo, en su primera experiencia europea. Es encantador y los defensas no saben cómo marcarlo. Así que Edinson Cavani marca y marca y marca. Probablemente los viejos aficionados del Valencia lo ven y se acuerdan de Mario Kempes. Tiene la misma facilidad para colarse entre los defensores, el mismo encanto difícil de explicar, poético y espectacular, de bailarín de tango y matador.
Suárez debería haberse quedado en Europa, concretamente en España. Tras el Barcelona y el Atlético, podría haber jugado fácilmente en el Sevilla o en el Betis, por ejemplo, y llevar diez goles en lo que va de Liga. Cavani eligió bien.
Puerta a la magia de América Latina
Radamel Falcao también ha elegido bien. El colombiano que en su día dio al Atlético de Madrid una Copa de Europa va a cumplir treinta y siete años, pero tiene días en los que juega como a los veinticinco, cuando estaba en el Oporto y volvía loca a Europa.
No es casualidad que fue él quien hizo que el Rayo Vallecano se vaya de Madrid invicto, poniendo en peligro la trayectoria del Atlético en la liga al menos, si no toda la temporada.
Lo que quería señalar: La Liga es una liga donde los veteranos sudamericanos viven su segunda juventud. Los amplios marcajes de los defensores de España y la excepcional calidad de estos delanteros hacen posible este milagro.
Pero sea cual sea la explicación, hay una certeza: es hermoso. La Liga sigue siendo una de las ligas más bonitas de Europa. Sin los miles de millones de Premier League, sin la disciplina táctica de Serie A, sin el compromiso físico de Ligue 1, La Liga sigue siendo la puerta de Europa a la magia de América Latina.