La forma vence la marca.
La Championship inglesa es ahora la mejor del mundo, de forma inequívoca, como lo fue Il Calcio en la segunda mitad de los años ochenta y noventa. Cualquiera que mire comparativamente a las grandes ligas de Europa lo ve enseguida: el trabajo duro de los futbolistas, su compromiso, su nivel de fuerza y velocidad. Casi cualquier otro logro en una gran liga palidece en comparación con la determinación con la que juegan en la Premier League.
¿Cómo le habría ido a Bellingham en el Birmingham?
Seguro que Bellingham está teniendo una temporada formidable en el Real Madrid, pero no sería el mismo Jude en el Birmingham, de donde se fue para la gloria. Jude Bellingham estaría por encima de muchos futbolistas de la Premier League, pero habría sido interesante verle actuar bajo la lluvia en el Brighton, por ejemplo.
Y Mbappé se está consumiendo en París y se consumiría en España. Lo que realmente está en juego, más allá de la Liga de Campeones, es la Premier League. Haaland tomó la decisión correcta al venir a Manchester.
Y ya que hablamos de Manchester, señalemos la buena noticia para la Premier League: ya no es una liga asesinada por el City, que maneja unos presupuestos bárbaros. Por supuesto, sigue siendo posible que al final el City salga campeón, pero al menos le quedan dos rivales. Y no de los ricos recientes, sino de equipos con gran tradición: Arsenal y Liverpool.
El entrenador marca la diferencia: el caso de Unai Emery
Lo sucedido en la última jornada de la Premier League nos lo demuestra: la forma cada vez vence más a la marca. Eso explica que el Aston Villa ganara (y con bastante fortuna) al Arsenal londinense para encadenar una serie fabulosa en casa. ¡Ha encadenado quince victorias seguidas! Algo así no había sucedido nunca en los ciento cincuenta (¡!) años de existencia del club. Y el artífice es claramente el entrenador emérito Unai Emery, que se ha tomado una merecida revancha contra el Arsenal, donde no se le valoraba lo suficiente.
Y también explica por qué el United perdió contra el Bournemouth por un marcador de no presentación en casa, en el Teatro de los Sueños, que se ha convertido, en las últimas temporadas, en el Teatro de las Pesadillas: 0-3.
El Manchester United (al igual que su compañero de fatigas, el Chelsea londinense) ya no asusta a nadie en la Premier League. A diferencia del Chelsea (¡también goleado por el Everton!), siguen jugando para ganar, aunque pierdan 3-0 en casa. Pero no han empatado esta temporada, lo que dice algo del estilo de los Diablos Rojos: todo o nada. Por desgracia para ellos y su gloriosa historia, últimamente cada vez se trata más de nada. Y a Hojlund le faltan más que algunas letras para ser Haaland. No ha marcado ni un gol en la Premier League, y Haaland marca incluso cuando no juega.
Queremos decir que todo el equipo se esfuerza por compensar su ausencia, como acaba de ocurrir en la ajustada victoria en Luton (que fue un adversario difícil también para el Arsenal).
Así que no es precisamente una casualidad que el Manchester City esté volando y el Manchester United se esté hundiendo. Para empezar, desde Sir Alex Ferguson no han encontrado un entrenador realmente compatible con el club y su gran historia. Del Manchester United sólo queda la marca.
Y recuerde cuando apueste: ¡la forma gana a la marca!