En la Ligue 1, el campeón ya se conocía antes de empezar la temporada: PSG.
Lo que no se sabía (pero se ha desvelado) es que Lille y Brest harán tan buenas temporadas que -con toda probabilidad- se harán con las plazas de Liga de Campeones.
A menos, claro está, que se les oponga el Mónaco (actualmente mejor situado que el Lille, pero que llega en una ola de entusiasmo y en plena forma de J. David).
Niza y Lens también tienen muchas posibilidades de jugar la Copa de Europa a partir del verano/otoño.
El Clermont parece condenado al descenso, el Metz pende de un hilo (jugó a la desesperada contra el Brest y estuvo a un paso de dar la gran sorpresa). Ambos tienen objetivamente muy pocas posibilidades de estar en primera división la próxima temporada. Nantes, Lorient y Le Havre, por su parte, lucharán -y será una dura lucha – por los puestos de play-off. Las opciones del Lorient de permanecer en la máxima categoría son las más bajas.
Montpellier, Estrasburgo y Toulouse parecen haber escapado de la zona de peligro.
Evidentemente, cada primera división europea tiene sus especificidades. En Inglaterra terminan muchos más partidos con al menos tres goles marcados que en Francia. Es una observación de la que puede partir una estrategia.
Al mismo tiempo, en Francia – si se ven los partidos en directo- se observa que en los partidos en los que se marcan tres goles hay dos o tres más (como mínimo). El Brest-Metz (4-3) de la última jornada es sólo un ejemplo. Metz-Mónaco (2-5) o Montpellier-PSG (2-6) son otros ejemplos a mano, pero la lista es -por supuesto- más larga.
Esto se debe a una razón que ya he mencionado aquí antes: la juventud de las estrellas de la Ligue 1. Juventud significa impulso, pero también significa una posible mala gestión de los recursos o un juicio erróneo de sus propias fuerzas. Y también significa hundimientos repentinos (a veces inexplicables) en los partidos.
Si se observan atentamente los partidos y se relaciona esta observación con la realidad sobre el terreno de juego, se verá que, al fin y al cabo, en la Ligue 1 los equipos más equilibrados (en términos de edad, proporción de jugadores jóvenes en cada sección, etc.) ascienden en la tabla.
Los resultados son públicos: la inteligencia artificial está dando mejores resultados esta temporada en La Liga, la Premier League y la Serie A que en la Ligue 1. Esto se debe precisamente a que los partidos de la Ligue 1 se desestabilizan con más facilidad: colapsos mentales, tarjetas rojas, etc.
Pero eso no significa que las predicciones de la IA no sean una base sólida sobre la que trabajar. Significa algo más: que en la Ligue 1, mucho más que en otras ligas, hay que prestar atención a las retransmisiones en directo y «sentir» cómo fluyen los partidos. Y eso es hermoso.