Ligue 1: una cuestión de moral
El fin de semana vi el Rennes-Mónaco. Fue una victoria para los monegascos, pero también podría haber sido un empate o una victoria para los anfitriones.
Un partido en el que el AS Mónaco dominó durante ochenta minutos y terminó con un hombre más y contra las cuerdas. El Rennes tuvo un final de partido furioso, atacó como si tuviera tres jugadores más y el gol estaba destinado a llegar. Pero no llegó. El AS Mónaco aguantó.
Fue sólo un ejemplo, pero así es como suelen ir los partidos de la Ligue 1. Dependen mucho de la moral de los jugadores, que o se hunden o les dan alas. Pero en general son jóvenes y les falta ese equilibrio que se consigue en la segunda mitad de la carrera.
El campeonato francés cuenta probablemente con los jugadores jóvenes más interesantes de Europa, pero al mismo tiempo, como el nivel entre los equipos es bastante semejante, la diferencia la marcan esos cambios mentales de forma durante los partidos.
Por eso, para un apostante experimentado, la Ligue 1 es un campeonato muy atractivo, ¡pero no se olvide del directo! Hay que ver el partido, hay que sentirlo, hay que percibir los cambios de forma mental. Porque los jugadores, al ser jóvenes, suelen crear increíbles oleadas de entusiasmo a las que es casi imposible resistirse. Hay muchas pandillas de locos en la liga francesa.
Una montaña rusa
Veamos lo que ocurre con el Lyon, por ejemplo, que está con un pie en la segunda liga. ¿Es el Lyon un equipo modesto, catastrófico, más débil que el Toulouse, primero por encima de la línea de salvación? No lo es. Acaban de darle una paliza (3-0) el fin de semana. Y sin embargo, ¡sólo han sumado diez puntos en catorce partidos! Récord catastrófico, de acuerdo.
Pero eso se debe a que los futbolistas del Olympique de Lyon suelen venirse abajo mentalmente en los partidos. Es lo que ocurrió no hace mucho en aquel 0-3 contra el Olympique de Marsella. Pasar del 0-3 al 3-0 es claramente un problema de moral.
Si el Lyon se salva del descenso, lo hará porque contratará a un entrenador que sea ante todo un psicólogo experimentado.
Si no, ya sabemos cómo acaba la liga francesa: al final gana el PSG. Más difícil de lo habitual, pero PSG al fin y al cabo. Es difícil no ganar el título dada la valía de la plantilla. Pero no será fácil.
La última prueba: ganó por la mínima al Nantes (que no es ningún susto), con un gol marcado después del minuto 80. La liga francesa es una montaña rusa. Así que ¡cuidado con el vértigo cuando apuestas!