¿Cuánto hay de mito y cuánto de realidad en el hecho de que el fútbol italiano haya resurgido?
Italia lleva nueve años sin participar en un campeonato del mundo. Ni siquiera se ha clasificado (¡la última vez fue eliminada por Macedonia del Norte!). Consiguió un título europeo en 2021 (a cuenta de 2020) en una coyuntura favorable. Fue el verano mágico del binomio Mancini-Vialli (tristemente el último). Este año, la Serie A transmitirá 3 equipos cuarto finalistas de la Liga de Campeones: Nápoles, Inter y AC Milan. Según el sorteo, lo más probable es que uno de ellos juegue la final (si el Benfica no la lía). ¿Son argumentos suficientes para creer que, por fin, la Serie A se ha recuperado? Lleva más de una década sufriendo. No del todo: no asistimos a un verdadero renacimiento. Es una ilusión.
El Nápoles galopa hacia el título y no hay quien lo pare. Eso ya lo sabemos, hemos escrito aquí sobre el año mágico del Nápoles, llevado por Kvara y Osimhen hacia una temporada maradoniana.
En nuestro último texto sobre la Serie A os instábamos a mirar más de cerca la clasificación. La clasificación es como un electrocardiograma, que nos dice qué le pasa al corazón de la liga. Como una radiografía. Nos muestra dónde está la fractura, qué duele. ¿Y qué vemos?
Equilibrio y desequilibrio
La Serie A está profundamente desequilibrada. Entre el primer clasificado, el Nápoles, y el último, el Cremonese (el equipo en el que debutó el difunto Vialli), ¡hay una diferencia de más de cincuenta puntos! Es enorme.
Es más, la lucha por el descenso también parece prácticamente decidida, con Verona, la legendaria Sampdoria (donde el difunto Vialli hizo su gran carrera) y Cremonese con pie y medio en la Serie B.
Spezia, Salernitana, Lecce y Empoli no escaparon por completo a las emociones del descenso. Y a partir del puesto 13, de Monza, los puestos en la clasificación parecen definitivos. Así no se ve un campeonato que se ha recuperado
La Serie A sigue sufriendo porque la brecha entre los clubes ricos y el resto del pelotón, le altre como dicen los italianos, ha crecido en lugar de reducirse. Una liga está equilibrada cuando cualquiera puede meterse con cualquiera. A pesar del fracaso del AC Milan (con Zlatan entrando de nuevo en la leyenda como el goleador más veterano de la historia de la Serie A) en Udinese, esto no está ocurriendo en Italia. Lo que nos lleva a donde quería llegar: a saber, de todas las grandes ligas europeas, Italia sigue siendo la más previsible. Traducido al lenguaje pariorístico: aquí todavía se come buen pan.